Es un relato visual que nos invita a mirar de frente el daño que nuestras acciones cotidianas provocan en la naturaleza. A través de Juliana descubrimos la fuerza transformadora de la empatía y la restauración. Lo que comienza como un encuentro con la contaminación y el dolor, se convierte en una historia de esperanza compartida, donde limpiar un río es también limpiar la conciencia.El video recuerda que cada ser vivo depende del otro, que el agua nos sostiene a todos y que solo cuando escuchamos su susurro —ese llamado silencioso de la Tierra— podemos empezar a sanar juntos.